¿Cómo debe ser la Escuela del Futuro?

Redacción

Más de 500 maestros se dieron cita en Madrid durante el Congreso Internacional ‘La Escuela del Futuro’, organizado por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE).

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Mindfulness, flipped classroom, ajedrez, coaching educativo, disciplina positiva, educación emocional y grandes dosis de neurociencia aplicada a la educación. Así deberían ser las escuelas de infantil del futuro. Esta es la principal conclusión que se extrajo del Congreso Internacional organizado por la Asociación Mundial de Educadores infantiles (AMEI-WAECE) en Madrid y al que asistieron más de 500 maestros de educación infantil de toda España y más de 1.000 lo siguieron por Internet.

El principal objetivo de este congreso fue el de transmitir la necesidad de “educar para vivir en sociedad", una sociedad que ha cambiado y cambia, y para la que la educación infantil debe adaptarse.

Como explicaba Juan Sánchez Muliterno, presidente de AMEI-WAECE, durante el acto inaugural, "debemos ofrecer a todos los niños la mejor preparación para el mundo de mañana. El Banco Mundial estima que el 79% de los niños que hoy tienen 8 años se desempeñarán en el futuro en actividades laborales que aún no existen. Eso da cuenta de la importancia de este debate, de cómo enfoquemos hoy la educación de los más pequeños dependerán sus oportunidades cuando sean mayores".

Y este cambio ya se está poniendo en marcha en muchas escuelas. La innovación en el campo de la educación de los más pequeños está dando lugar a descubrimientos que nos enseñan cómo aprenden los niños, lo que ofrece nuevos conocimientos que obligan a modificar la manera de educar.

Quien más hincapié hizo fue el pensador, psicopedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci, también conocido por el seudónimo "Frato", invitado de lujo que durante su intervención lanzó una interesante reflexión sobre la escuela del futuro para la que aseguró que debería ser ‘la escuela que quieren los niños’: “un lugar que ayude al pleno desarrollo de su personalidad".

Las cerca de 1.500 personas que siguieron el evento pudieron tomar nota de experiencias como la del astrofísico Jesús C. Guillén, quien defendió la tesis de que una nueva educación es posible y necesaria, pero ello requiere ir más allá de lo cognitivo y atender las necesidades sociales, emocionales y físicas de todos los niños y adolescentes.

En esta línea se mostró Begoña Ibarrola, apelando a las emociones, los sentimientos y su vínculo con el aprendizaje. Según ella, “la experiencia de aprendizaje puede ir unida al placer o al dolor. En el primer caso nos motivará a repetir la experiencia, en el segundo caso, a huir de ella. Es fundamental acompañar los procesos de aprendizaje de emociones positivas, y devolver de este modo la capacidad de disfrute al aprendizaje", aseguró.

Chua Bee Lain, maestra en un colegio en Singapur, explicó que las metas educativas son cuatro: lograr niños seguros de si mismos, capaces de aprender por si mismos, con una actitud colaborativa y con gran conciencia social. Por su parte, Andrew Harvey, director del colegio Paragon de Bath (Reino Unido), destacó que la base de la educación está en el desarrollo de la personalidad y en la educación en valores.

Tras la intervención de los expertos procedentes de los países invitados, la maestra Marisol Justo de la Rosa, una de las asesoras del Programa de Tv “La vida secreta de los niños" alertó de que, si un alumno no puede ir más allá de un pensamiento y acción memorísticos y rutinarios y hay falta de comprensión, no existe un aprendizaje afectivo. También, Gemma Sánchez Rivera, experta en Mindfulness, redefinió la figura del docente como “una persona que ayuda a otras personas" y puso en valor la aplicación del mindfulness como método para conseguir la atención plena en el aula.

El turno de la experta en coaching infantil, Mónica González Trigo, sirvió para que los maestros aprendieran a conectar con los niños. “Hay que estar al lado, acompañando y educándoles, respetando y que ellos elijan su camino", afirmó.

David y Daniel Escobar, autores del método Ajeduca, compartieron los beneficios del Ajedrez como herramienta educativa que mejora el comportamiento en el aula, potencia la memoria y el cálculo mental, entrena la atención y la concentración, enseña a resolver problemas, fomenta el espíritu emprendedor y aumenta la creatividad y la visión espacial.

Por último, Jorge M. Gonzalez Socas, se refirió a los “zombis" en la escuela para desterrar las clases en las que el maestro habla y los niños solo escuchan. Como alternativa dio a conocer la Flipped Classroom o clase invertida, una clase en la que se entregan los contenidos en casa y se practican en clase.

Fuente: Comunicación Newsline

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